miércoles, mayo 23, 2007

Sin razón

Después de 2 meses sin escribir (que se dice pronto), vuelvo, pero no os alegreís mucho, sólo por escribir un par de líneas. Quizás no debería de tener necesidad de hacerlo, puesto que el único que lo leería sería Jorge Loquendo en voz alta.

Estoy hecho mierda, no sé que coño hacer y, encima, si tengo que hacer algo lo tengo que hacer solo. Me apetece evadirme un poco de este mundo en el que vivo, pasar un buen rato entre risas, cachondeo o simplemente que me hagan olvidarme un rato, un lapso de tiempo, de esta penumbra que significa la soledad. La verdad, no sé si es la gente o soy yo la que hace que o bien actuen por el simple oportunismo, o simplemente, la gente es así de superficial, estúpida, engreida... Que sacan tajada y luego... No me acuerdo lo que sigue.

Sus vidas son mucho mejores que la mía y te lo van restregando como si te metieran hostias para dejarte en evidencia de que sobras en ese sitio. Por desgracia yo no sé lo que es estabilidad, no sé lo que es pasar una temporada (bastante larga) en la cual puedes sentirte agusto. Siempre surge algo que lo fastidia, que lo jode. En ese sentido estoy más que quemado, no has recargado las pilas y ya está otra vez la dichosa situación en la cual estás contra las cuerdas.

Por eso, hay días en los que no puedo pegar ojo. El cerebro me envía una bocanada de pesimismo y a su vez, como si de una persona débil, empiezas a llorar viendo que esto es así. Al ver que pasan los días, sin hacer nada que puedas decir que ha merecido la pena esas 12 horas que estás despierto. Un trabajo lo único que haría es darme algo de estabilidad económica pero no me haría de todas formas sentirme util. Quizás para aquellas personas que están esperando a que les dé parte de mis emolumentos mensuales si, sólo para esas personas seré de utilidad, pero para mi mismo el estar trabajando no me aporta nada más que volver a otra monotonía diferente, más aburrida si cabe. Y eso sólo hace que entres en un bucle sin salida, que ya no puedas hacer vida, como por ejemplo, irte de una vez por todas de un sitio que odias y que en 7 años sólo has recibido palos y alguna que otra palmadita sutil en la espalda: No me ha aportado nada en el plano personal.

Diré algo más, en este pueblucho de mierda no te miran por tu currículum, vas de enchufe, por lo que es complicado encontrar un puesto de trabajo. Es de lo más bizarro que te puedas echar en cara, pero en este pueblo con mentalidad medieval, anquilosada en la edad media es así. Sólo te miran por si eres hijo de nosequién y familiar, pero dar una oportunidad a alguien con una necesidad... Ejemplos puedo poner varios. Así a cualquiera se le quitan las ganas de hacer cualquier cosa.

En fin, en este caso no podría decir que todo tiempo pasado fue mejor, puesto que en el pasado no tenía algo que ahora mismo tengo, pero que en resumidas cuentas, sigue siendo igual de extraño que siempre pese a que tenga algo que lo diferencia del resto de épocas.

miércoles, marzo 21, 2007

Aceptación

El aburrimiento mata, al igual que lo hace el amor. La diferencia entre una situación u otra es que en una sientes una ansiedad enorme, la cual hace que entres en un estado de depresión, confusión y unas ganas de acabar con tu vida enormes (al no tener nada, apoyo, gente a tu lado... te hace llegar a esos extremos). En la otra situación estás en otro mundo, absorto por ese cariño que procesas a alguien y lo único que haces es actuar mediante el corazón y no con cabeza.

Al primer extremo (el aburrimiento) he llegado yo. Una vida sin alicientes, sin ningún tipo de situación que haga que las cosas sean diferentes. Ponerse una película tras otra o estar en el ordenador agilipollado escuchando música que reoyes mil veces... No es la mejor manera para pasar tu tiempo libre. Salir a la calle a tomar un poco de aire tampoco me seduce (no tengo agorafobia) entre que lo haces solo (no me queda otra) y encima ya estás harto de ver el mismo paisaje, los mismos pasos de cebra, los mismos lugares... Eso sólo hace que estés aún más jodido si cabe. A parte, no hay nada atractivo en sus calles como para poder decir "Me voy a dar una vuelta".

Si piensas en quedar con alguien... Empieza a rezar, puesto que seguro que están liadísimos con sus amiguitos o tienen un plan mejor que darle a un gilipollas como yo unas horas de respiro a esa soledad que me persigue cada día y parece no tener fin. No es que me ponga en plan de dar pena, intento contar estas cosas con cierta ironía, aunque en estos momentos me siento algo decaido. Lo único que eres es una herramienta útil para los demás, de esas de usar y tirar. Como una Polaroid. Siempre hay que estar para que la gente que te necesita, nunca al contario (una ironía tan extraña como que Carmen de Mairena es mujer en vez de un travestido).

Llega el fin de semana y tienes ganas de marcha (vamos, de hacer algo diferente, salir de la rutina) y saber que no tienes a nadie con el cual poder pasar el rato, echarte unas risas, desahogarte... Hace que lleguemos al estado de ansiedad que he dicho antes. No soy fumador, así que quitarme esa ansiedad se hace harto difícil, y las uñas hay veces que no crecen lo suficiente como para poder mordérselas. Así que ¿Qué hace uno en ese estado? ¿Cómo se libra uno de esa situación en la que corazón y alma quieren de salir de tu cuerpo y te falta el aire? Es como la existencia de Dios, no se sabe con certeza pero se da por hecho que existe.

Siempre nos quedará Fresno...

sábado, marzo 17, 2007

Trata a los demás al revés de como te tratan

Otro fin de semana de esos aburridos y sin colorido. No sé, cada semana se hace más aburrido. Te levantas desmotivado, sin ganas de hacer nada y todo lo que haces te parece absurdo. A nadie le importo, puesto que para lo único que valgo es para ayudar, la amistad (o trato) por lo visto está relegada a un segundo plano de unos muchos pero por suerte y por desgracia no estoy en esa amplia lista.

Da un asco terrible que me traten como una basura. Ejemplos puedo poner muchos, comprobando una vez más mi teoría de "aprovéchate y corre" es correcta. Eso de ir de boquilla es una costumbre muy típica en la gente que al menos he llegado a conocer. Nunca la palabra compromiso ha sido el mejor sinónimo que se les pueda poner para hablar sobre ellos, puesto que siempre te dan la espalda, pero eso si, cuando ellos te necesitan imperiosamente, tienes que cumplir puesto que o sino eres un traidor y un falso. Una ironía que uno no llega realmente a comprender. Palabras como el "no me falles" o "no me hagas esto a mi" lo he llegado a oir, pero cuando se ha dado la circunstancia de que ha sido el caso contrario... Mejor no cuentes con nadie.

Es algo que me toca algo la moral (y ciertas partes íntimas), no tienen tiempo para nada por que están muy ajetreados pero tu si que tienes que tener ya que eres el único pardillo que siempre dice si. Eres como el típico segundón al cual solo recurren si su circulo de confianza más cercano les da el plante, puesto que saben que eres gilipollas y siempre les responderás afirmativamente. Vamos, que te buscan para lo que te buscan: Eres las sobras. Pasado un tiempo toda relación termina deteriorándose y creo que el punto final está empezando a asomarse puesto que la paciencia nunca es infinita, uno no es tonto de nacimiento y encima ya está harto de tantos desplantes, elogios camuflados en chantajes... Y más cuando la respuesta siempre es negativa.

Desplantes, traiciones y demás valoraciones a parte es siempre curioso como actuan conmigo. Se encariñan de una forma asombrosa por tu forma de ser, por tu carisma (algún otro por mi nula inteligencia) y excesivos elogios (los cuales, normalmente no tienen ni pies ni cabeza). A espaldas no hacen más que ponerte a parir, sacándote defectos e incluso intentando poner en contra a los demás (uy, creo que esa calientapollas de la que hablé me vuelve a aparecer en la mente) como si un politicucho de ideología indefinida se tratase. ¿Vale la pena rodearse de tanta escoria? Sinceramente, NO.

Si a mi siempre se me puede decir que soy todo un caballero en cuanto a trato. Putadas y palabras malsonantes (uy, otra vez la furcia) he tenido que oir y nunca se me ha pasado por la cabeza responder de la misma manera o incluso peor. No es que sea gilipollas, es que yo al menos tengo ese respeto hacia los demás que esa gente que me maltrata y me maltrató no tuvo en su momento. La misma moneda sería cuando algo se me pasa por la cabeza, uno sabe reprimirse y sabe mantener bien la línea tan fina que separa el ser una buena persona a un degenerado (lo digo para aquellos que tengan una idea erronea sobre mi y mi persona).

En fin, este tema da para un libro tan extenso que echaremos el freno de mano y dejaremos otros pensamientos filosóficos para otra ocasión. No os perdaís esta noche la Lobotomía de Telecinco, en especial a ese calvito, motivo por el cual podría volver la Santa Inquisición solamente para que le castigaran a el por su nula profesionalidad.

viernes, marzo 16, 2007

La narrativa, una asignatura pendiente

Siempre se me ha dicho que se me da bien escribir. Es un halago que me tomo como un cumplido. Pero, fácil no es desde luego escribir una novela. Para mi no es el hecho de estar delante del ordenador escribiendo sobre la idea más ingeniosa o absurda que se me venga a la cabeza. Son muchos los factores, muchas las combinaciones que se necesitan para que yo me tome en serio el hecho de escribir algo.

No quiero escribir por escribir, tampoco pecar de tener un argumento típico y ni que mis personajes sean tan planos que tengan el estereotipo de por ejemplo, los típicos personajes patrióticos y con esos valores que se pueden ver en cualquier película americana, los cuales son patéticos por cierto. Me exijo demasiado, creo.

Inspiración no me falta, pero me falta explotar. En cuanto el argumento no me gusta caer en situaciones cotidianas, en algo que ya se ha visto en algún sitio. Tampoco tengo esa facilidad de poder tener una trama la cual enganche al lector desde la primera a la última hoja y que estos quieran aún más. Es decir, no tengo esa facilidad para desarrollar una escena, ideas puedo tener, pero darle fuelle es lo que me queda. Puedo tener una idea en la cabeza sobre una escena interesante, pero… ¿Y luego qué?

En el tema de los personajes, normalmente si que me gusta reflejarme en las películas puesto que al estar ya desarrollados (en las buenas películas) puedo fijarme en algún matiz de su personalidad para poder crear un buen personaje. Un ejemplo puede ser el Agente Smith de Matrix, que en las dos últimas películas es de ese tipo de cabronazo, con ese aire de tener todo bajo control y poder hacer lo que se le antoje aún a sabiendas de saber cual es su destino. Si me tengo que inspirar en alguna serie de televisión (de las pocas que veo, puesto que lo único que hacen es atontarte) tomaría a Jack Bauer (protagonista de la serie 24) o al personaje que se ha hecho famoso, House (aunque de esta serie también tendría al inspector Tritter como otra fuente de inspiración).

En cuanto a féminas me sería más difícil puesto que está claro que no soy mujer, aunque siempre puedo pedir consejo. Me es más difícil puesto que no quiero caer en el error de tener que poner a la típica pasional (o calientapollas, perdón por la expresión pero me ha venido una de esas personas a la cabeza). Para eso, siempre tendré que pedir consejo, puesto que pensar como ellas o ponerme en la piel de una mujer sin que me llamen gay en el intento… Lo dicho.

Luego viene el tema de desarrollar cada uno de los personajes de la trama. Un pasado, un nombre y esas señas de identidad que le harán ser algo que se diferencie del resto. Es otro de mis puntos débiles, tampoco quiero caer en experiencias personales o en algo típico. Después (y lo último) sólo queda unir todo eso con una precisión y estilo, de eso hay que tener bastante ingenio.

En fin, que uno se exige demasiado, y al ser tan exigente y quererse salir de la tangente… Hace más difícil que a uno le salga algo que no decepcione a los futuros lectores (si es que me decidiera a publicarlo). Todo principio tiene un final.

jueves, marzo 15, 2007

El ejercicio de la duda

Nunca he confiado en los demás. Siempre se escapa un algo que haga que se evidencie la debilidad, pese a que uno se haga el sueco y mire para otro lado. Si algo me ha hecho cambiar en estos últimos años en mi manera de ser es por que siendo débil y cediendo siempre no se llega a ningún camino. Difuntos a parte, aunque eso ya entraría en otro apartado.

Hay que ser algo duros, directos y en definitiva, ser algo cabrones. Lo malo de todo esto es que siempre te queda la duda de si estás actuando correctamente, son esas dudas, las más morales, las más absurdas las que te hacen morderte la lengua y quedar confuso (aunque, de una manera u otra, uno no sabe realmente hasta que punto).

Por eso la gente miente. Me refiero a que actúan y hacen un papel, nunca se muestran tal como son las personas en si. Es extraño que el ser humano llegue hasta esos extremos, es decir, venderse al mejor postor para sacar beneficio propio sin preocuparse de las consecuencias.

Uno siempre se pregunta si es uno mismo el que tiene la culpa puesto que gracias a ese ejercicio de soberbia de los demás que no sabe que hacer, es como una obra teatral. En el primer acto entras en la fase de “Joder, que putada” en la que te preguntas el por que de la situación, luego, cuando ya estás atando cabos viene el “Pobrecillos, creo que me he pasado” y entra en ti la piedad en persona, donde ya el tercer acto y último es hacer el burro y seguirles la corriente y ceder ante su chantaje para que te sigan jodiendo aún más durante un periodo de tiempo…

¿Largo o corto? Eso ya lo decide el descerebrado que le ha dado la oportunidad a esas personas que no son en realidad lo que son, más bien, el nombre exacto para estas personas sería hijos de puta (y perdón por acordarse de las madres, las pobres no tienen la culpa de que tengan a energúmenos como hijos).

Al menos, a alguien que conozco, pese a no tenerle tan cerca como a mí me gustaría (puesto que es de esas que tienes que tener si o si), además de ser una bella persona (en ambos sentidos, si se me permite la licencia) es de esas que se deberían de tomar como ejemplo de lo contrario. Pocas personas hay en el mundo como ella, así que en cierto modo, siento orgullo (y no prepotencia, ojo), algo que muy pocas cosas consiguen para este el que os escribe.


Como diría Laporta “Que n´aprenguin” (que aprendan) y luego... Piensen en lo que hacen.

lunes, marzo 12, 2007

Suma y sigue

Sigo con la misma duda e incertidumbre que hace unos meses cuando lo dejé. No sé que hacer y se está acercando el momento en el que deberé de tomar una decisión. Pero lo veo realmente jodido.

Las dos salidas que tengo la verdad que no termino de verlo claro. Por un lado me queda la baza de seguir estudiando, labrarme un futuro y poder demostrarme a mi mismo que realmente mi cabeza aún sigue tan ágil como en los tiempos en los que mi cabeza era un prodigio (era un hacha memorizando). Pero, no es tan fácil elegir un camino, y más si uno tiene en la cabeza salir en cortísimo plazo de esta cloaca en la que me ha tocado vivir. Me falta esa inyección de moral, ambición y coraje que tenía a la hora de afrontar las cosas.

Además de una dosis alta de optimismo, algo de lo que ahora carezco. Si a esto le sumamos que tengo a mucha gente detrás, observando o criticando cada movimiento que haga con mi vida (ya sea por cualquier cosa) se me hace más difícil, aunque, tienen que comprender que en la vida no puede salir todo perfecto y también, como no, tarde o temprano me las tendré que apañar yo solo, no quiero tantos ojos delante. Es ley de vida, algo que se aprende, no que te enseñan los demás.

Por otra, tengo la opción de ponerme a trabajar, me seduce la idea de ayudar a mi familia a la vez que ahorro y empiezo a tener eso que se suele llamar poder adquisitivo. Pero, siendo sinceros prefiero buscar una salida que me haga salir de aquí lo más antes posible, no aguantaría otros 7 años más aquí ni aunque me lo suplicasen de rodillas. Como se suele decir, hay ciclos y creo que la estancia aquí ha terminado, a parte de ser una de las experiencias más fustrantes que he tenido desde que tengo uso de razón.

El trato que se me ha dado por ser de fuera, el poco interés que la gente muestra por mi (por no tener costumbres "made in pueblerinas" y haberme recorrido casi toda la costa Este de España) y el odio visceral que le tengo al pueblucho y a sus gentes por ser de lo más estúpidos, incultos y marujones es uno de los motivos por los cuales uno decide irse por patas. Hay muchos más motivos, pero escribiría un best-seller poniendo a parir este lugar, puesto que se lo merece. Desde luego, si yo fuera guía turístico... Pondría en buen lugar a este beatísimo lugar.

En fin, que bonito es vivir en un sitio donde no querías venir pero tuviste que venir por huevos (no te faltaba otra). Si cierta persona levantara la cabeza a menos de un mes del segundo aniversario de su muerte... No le habrían gustado un pelo las palabras que acabo de escribir, pese a que tuviera yo toda la razón del mundo.

sábado, marzo 10, 2007

Necesito mi vicodina

Bueno... Por decirlo de alguna forma. Los fines de semana son un calvario para mi, y el viernes es el primer día. No tengo una droga que haga calmarme, siempre ando algo nervioso, me derribo o simplemente me entra un estado de ansiedad que es difícil de controlar.

Necesitaría una droga la cual haga que este estado en el cual por lo general suelo estar 72 horas seguidas desaparezca por completo y me haga ser una persona normal. Si los viernes me pasa esto, no os podeís imaginar los sábados, son incluso peores. Necesito una solución, pero sin llegar a tomar pastillas ni cosas similares, el síndrome de la abstinencia se pasearía ante mi y estar dependiendo de pastillas para que mi estado de ánimo sea el óptimo tampoco es que me haga mucha gracia. Me faltaría poco para parecerme al antipático socarrón del Dr.House, pastillero reconocido.

Aunque siendo sinceros, últimamente ya es todos los días. Levantarse desmotivado es uno de los motivos por el cual puede que esté así. No me veo capaz de hacer algo de provecho si no es fuera de estas cuatro paredes (y lo que es lo mismo, fuera de este mísero y apestoso pueblo donde vivo). El esquema es siempre el mismo día si y día también, pasar las horas como sea para malgastar este periodo tan largo de reflexión. Parece como si estuvieras viviendo como en los Picapiedra (que siempre eran los mismos fondos cuando se montaban en el troncomovil), nada cambia. Hasta incluso duermo para que se pasen las horas voladas, algo de cuerdos.

Dentro de unas horas seguirá esta penitencia, en la cual parece que me falte aire y al no llegarme al cerebro oxígeno me transforme en un perro con los cables cruzados. Estoy seguro que esto a los demás os importará una mierda puesto que no veís más allá de vuestra razón, que esto es inventado o que estoy exagerando demasiado, pero para gustos los colores (como se suele decir).

A que mala hora se me ocurrió nacer y vivir. Como suelo decirme algunas veces "Ojalá no hubiese nacido" por que al menos, no estaría pensando y escribiendo estas gilipolleces que son triviales para el resto de los mortales. ¿Dónde puedo chutarme de esa droga llamada optimismo? ¿Tan cara es que solo son poseedores unos pocos?

Yo solo quiero una droga, la cual es carísima y no creo que en los pocos años presumiblemente que me quedan pueda gozar, aunque sea por unos minutos.