sábado, marzo 10, 2007

Necesito mi vicodina

Bueno... Por decirlo de alguna forma. Los fines de semana son un calvario para mi, y el viernes es el primer día. No tengo una droga que haga calmarme, siempre ando algo nervioso, me derribo o simplemente me entra un estado de ansiedad que es difícil de controlar.

Necesitaría una droga la cual haga que este estado en el cual por lo general suelo estar 72 horas seguidas desaparezca por completo y me haga ser una persona normal. Si los viernes me pasa esto, no os podeís imaginar los sábados, son incluso peores. Necesito una solución, pero sin llegar a tomar pastillas ni cosas similares, el síndrome de la abstinencia se pasearía ante mi y estar dependiendo de pastillas para que mi estado de ánimo sea el óptimo tampoco es que me haga mucha gracia. Me faltaría poco para parecerme al antipático socarrón del Dr.House, pastillero reconocido.

Aunque siendo sinceros, últimamente ya es todos los días. Levantarse desmotivado es uno de los motivos por el cual puede que esté así. No me veo capaz de hacer algo de provecho si no es fuera de estas cuatro paredes (y lo que es lo mismo, fuera de este mísero y apestoso pueblo donde vivo). El esquema es siempre el mismo día si y día también, pasar las horas como sea para malgastar este periodo tan largo de reflexión. Parece como si estuvieras viviendo como en los Picapiedra (que siempre eran los mismos fondos cuando se montaban en el troncomovil), nada cambia. Hasta incluso duermo para que se pasen las horas voladas, algo de cuerdos.

Dentro de unas horas seguirá esta penitencia, en la cual parece que me falte aire y al no llegarme al cerebro oxígeno me transforme en un perro con los cables cruzados. Estoy seguro que esto a los demás os importará una mierda puesto que no veís más allá de vuestra razón, que esto es inventado o que estoy exagerando demasiado, pero para gustos los colores (como se suele decir).

A que mala hora se me ocurrió nacer y vivir. Como suelo decirme algunas veces "Ojalá no hubiese nacido" por que al menos, no estaría pensando y escribiendo estas gilipolleces que son triviales para el resto de los mortales. ¿Dónde puedo chutarme de esa droga llamada optimismo? ¿Tan cara es que solo son poseedores unos pocos?

Yo solo quiero una droga, la cual es carísima y no creo que en los pocos años presumiblemente que me quedan pueda gozar, aunque sea por unos minutos.